La resonancia es aquello que ocurre cuando algo que vibra hace vibrar a otra cosa que está alejada.
El sonido puede ocasionar este efecto. Un ejemplo: una cantante de ópera canta una determinada frecuencia aguda y hace que una copa de cristal vibre y se rompa.
La resonancia hace que algo vibre de acuerdo a una fuente de sonido cercana.
Cada una de las células de nuestro cuerpo es una caja de resonancia del sonido. Posee la capacidad de responder a cualquier sonido procedente del exterior del cuerpo. Cada órgano, en que las células de vibración similar se han juntado para formarlo, responderá como grupo a unas vibraciones específicas de sonido.
El cuerpo humano es un sistema bioeléctrico. La energía bioeléctrica se crea en distintas frecuencias por medio de la acción muscular y puede variarse, fortalecerse o equilibrarse con la utilización de los sonidos sanadores.
Podemos estimular un gran número de vibraciones por simpatía en el interior de nuestro cuerpo y de nuestra mente aprendiendo a dirigir y controlar nuestra voz y utilizando ciertos instrumentos musicales, tonos y clases de música.
Donde hay desequilibrio, podemos utilizar el sonido dirigido para conseguir que el desequilibrio vuelva a sus parámetros normales.
La resonancia forzada, comprendida y usada correctamente, puede utilizarse para superar estados de desequilibrio en el cuerpo y para conseguir que distintos órganos y sistemas vuelvan a su funcionamiento normal: restablecer la homeostasis.
Las técnicas que compartimos en Terapia de Sonido y Vibración nos ayudarán a despejar, equilibrar y fortalecer nuestro propio sistema de energía a través del uso dirigido del sonido, la música y la voz.
Fragmentos extraídos de La curación por la música de Ted Andrews